Web3, también conocido como Web 3.0, representa la siguiente generación de internet, cuyo objetivo es descentralizar el poder, mejorar la propiedad digital y proporcionar a los usuarios un mayor control sobre sus datos e interacciones en línea. A diferencia de la Web 2.0, dominada por plataformas centralizadas, Web3 aprovecha la tecnología de blockchain, las finanzas descentralizadas (DeFi) y los contratos inteligentes para crear una internet más abierta, segura y centrada en el usuario. Web3 busca eliminar intermediarios, permitiendo interacciones directas y transparentes entre usuarios.
Web3 traslada el control de las plataformas centralizadas a los usuarios, permitiéndoles ser propietarios de sus datos, identidad y activos digitales sin intermediarios.
Está impulsado por la cadena de bloques, que permite transacciones entre pares, contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas (dApps) para una mayor transparencia y seguridad.
Los monederos Web3 otorgan a los usuarios control total sobre sus activos, permitiéndoles comerciar, generar ingresos e interactuar con DeFi y otros servicios descentralizados.
Aunque Web3 ofrece nuevas oportunidades, es necesario abordar desafíos como las barreras de usabilidad, la incertidumbre regulatoria y los riesgos de seguridad para lograr una adopción masiva.