En los últimos años, la inversión en ETF (fondos cotizados en bolsa) cada vez despierta un mayor interés entre los inversores noveles, debido a varios hechos.
Como ya aprendiste en la lección anterior, uno de los tipos más básicos de fondos de inversión es un "fondo mutuo de inversión" (una cartera gestionada o un conjunto de acciones, bonos y otros valores de los que los inversores pueden comprar participaciones). Los fondos cotizados en bolsa llevan este concepto al siguiente nivel.
¿Dónde se originaron los fondos cotizados en bolsa?
El creador del primer fondo cotizado en bolsa fue Nate Most, un ejecutivo desarrollador de productos de la American Stock Exchange (AMEX), hoy conocida como NYSE American. En la década de 1980, AMEX ofrecía una baja rentabilidad y no atraía suficiente negocio.
Buscando nuevas formas de obtener beneficios, Most, un ejecutivo del sector y científico con experiencia en el comercio con materias primas, tuvo la idea de crear fondos mutuos de inversión que se negociaran como las acciones.
Se inspiró en el sencillo principio de los recibos de almacén utilizados en el comercio de materias primas como el oro y el petróleo. Los recibos de los almacenes demuestran la propiedad de las materias primas. Evidentemente, no es la mercancía física la que cambia de manos durante una transacción: imagínese intercambiar miles de barriles de petróleo con alguien.
El sencillo principio de los recibos de almacén que indican la propiedad de las materias primas inspiró a Most a concebir la idea de fondos mutuos de inversión que se negocian como acciones.
Sin embargo, pasaron varios años hasta que se materializó la idea con el lanzamiento del nuevo producto. Tras resolver los obstáculos normativos, los problemas de costes y la logística, el primer fondo cotizado en bolsa, el SPDRs (Ticker: SPY) se lanzó finalmente en enero de 1993. Sin embargo, pasó a convertirse en uno de los instrumentos de inversión más populares en todo el mundo.