Algunos ejemplos de ingresos (dinero entrante):
Sueldos y salarios que obtienes periódicamente y de forma fiable por trabajar.
Pagas extra que recibes en el trabajo.
Ingresos de negocios secundarios o trabajos adicionales.
Ingresos por inversiones (como los dividendos de las acciones).
Ingresos pasivos (como los derechos de autor de libros que has escrito).
Ingresos por derechos de autor que recibes cuando otros utilizan tu propiedad intelectual (como música que hayas escrito).
Ingresos procedentes del alquiler de los bienes inmuebles de los que eres propietario.
Pagos que te haga la Seguridad Social y transferencias de cualquier tipo que recibas de las autoridades gubernamentales, como subsidios familiares y pensiones.
Dinero que te regalen (por ejemplo, familiares).
Cualquier otro tipo de ingreso periódico.
Algunos ejemplos de gastos (dinero saliente):
Pagos de alquileres y servicios públicos, o de la hipoteca de tu casa.
Cuotas de liquidación de préstamos y deudas de cualquier tipo (como descubiertos en cuentas bancarias o facturas de tarjetas de crédito).
Facturas de servicios públicos (electricidad, agua, calefacción, etc.).
Internet, teléfono o televisión por cable.
Matrículas escolares o universitarias y otros conceptos similares.
Alimentos
Gastos médicos.
Ropa.
Pagos de seguros.
Entretenimiento y salidas a restaurantes.
Cuota del gimnasio.
Viajes
Mejoras del hogar.
Cuidados personales (cosméticos, suplementos vitamínicos, etc.).
Cualquier otra cosa en la que gastes dinero.
Ingresos y gastos
Una vez que hayas hecho las listas, necesitarás tus extractos bancarios y de tarjetas de crédito. Toma un mes cualquiera (o un período más largo si lo prefieres) en que hayas tenido gastos normales y utiliza las cantidades que sueles gastar como valores de referencia. Revisa todas las transacciones (entrantes y salientes) de estos extractos. No te olvides de incluir los gastos que no tienes cada mes pero quizás tengas en otros intervalos. Fíjate en las cantidades que gastas cada mes por cada concepto y anótalas para cada uno de ellos. Por último, suma a cuánto ascienden los ingresos, y haz lo mismo para los gastos.
Calcular los ingresos netos
Ahora toma la suma de los ingresos y réstale la suma de los gastos, y anota la cantidad, independientemente de que sea positiva o negativa. Es de esperar que la cifra sea positiva, lo que significa que no estás gastando todo lo que ganas (los gastos no superan los ingresos).
Establecer un presupuesto familiar y asegurarte de que te ajustas a él puede aliviar gran parte de la ansiedad que puede causarte la gestión del dinero.
Revisar los hábitos de gasto
Ahora es el momento de revisar con detalle tus hábitos de gasto. ¿Es posible que gastes más de lo que ingresas? Si tus gastos son superiores a tus ingresos reales, esto se conoce como "salirse del presupuesto". Examina cuidadosamente todos los conceptos de tu lista de gastos para averiguar dónde estás gastando demasiado dinero y descubrir dónde podrías gastar menos. ¿Qué hábitos podrías cambiar en tu vida diaria para reducir los gastos? Ajustar tus hábitos de gasto lo antes posible te ahorrará muchos problemas más adelante. Debes identificar los gastos que no son necesarios o en los que podrías cambiar a una opción más barata. Obviamente, depende de tu situación personal, pero ganar más de lo que gastas, aunque sea una pequeña cantidad, es fundamental.
Invertir los excedentes de ingresos
Si la revisión de tus hábitos de gasto es positiva y te quedan ingresos a final de mes, ¡felicidades! Ahora puedes empezar a planificar la mejor manera de invertir tu excedente de dinero para generar ingresos adicionales. En el próximo artículo encontrarás más información sobre cómo empezar a presupuestar para invertir.